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Las andanzas de Lu*

Eva y Antonieta...

Eva y Antonieta...

Las vacaciones volaron, dejando tras de sí hermosos recuerdos, un cuerpo relajado, una mente motivada y un alma reconfigurada. Dos libros ocuparon mis mañanas, tardes, noches y madrugadas: "Eva Perón, la biografía" de Alicia Dojovne Ortíz y "A la sombra del Ángel" de Katerine Blair. Ambos libros excepcionales, ambos conteniendo en sus páginas historias de mujeres; mujeres trascendentes y fundamentales en la vida de sus pueblos: Argentina y México.

De Eva Perón, mucho se dice, mucho se calla, mucho se sabe y mucho se ignora; la historia le ha otorgado un lugar provilegiado entre los grandes, y como todos los grandes es odiada, admirada, querida, despreciada, contradictoria y apasionada. 33 años de vida intensa, sólo 33 años de vida.

Antonieta Rivas Mercado, personaje poco conocido más allá de sus fronteras, incluso prácticamente desconocida para la mayoría de sus paisanos. Hija de aquel que construyera el monumento a la independencia mexicana en tiempos de Don Porfirio, "La Victoria Alada", conocido popularmente como "el Angel de la Independencia". Mecenas de artistas, amiga de Diego Rivera. 31 años de vida desbocada, sólo 31 años de vida.

Antonieta moría casi al tiempo que Eva nacía, ambas muertas al darse por vencidas... y es que el mundo que les tocó vivir mucho prometía, si... prometía mucho pero cuando hubo que cumplir simplemente les falló. Estas dos mujeres vivieron en sus países tiempos gloriosos, tiempos en que los cambios estaban por gestarse, sus países nacían como naciones y ellas desde sus entrañas parirían.

Eva fué primera dama y no pudo ser vicepresidente, Antonieta no pudo ser primera dama pero si pudo ser madre. Ellas amaron a sus hombres: Juan Domingo Perón y José Vasconselos, ellas -si ellas- fueron las creadoras, las verdaderas artífices del peronismo y el vasconcelismo. Seguramente los historiadores me llamarán loca y mentirosa por estas afirmaciones, pero sólo quienes hemos urgado en estas vidas más allá de lo escrito oficialmente, lo sabemos: Si, fueron ellas.

Mientras leía, a menudo miraba sus fotos en la tapa de los libros, les hablaba, las miraba fijamente a los ojos, indagaba en su sonrisa, analizaba sus cabellos, sus rasgos; levantaba los ojos al cielo y preguntaba ¿estas ahí? y comenzaba mi propia entrevista; nuevamente me llamarán loca pero esperaba paciente sus respuestas y a veces... sólo a veces, llegaron.

Eva pobre, Antonieta rica; Antonieta morena, Eva rubia... Mi corazón se estremecía y más de una vez lme saltaron las lágrimas al leer estas biografías. Pocas veces los personajes de las novelas me llegan tanto, ellas lo hicieron porque vivían! Ojalá pudiera toparme con ellas algún día, ojalá exista de verdad algo más allá de la muerte para escuchar de su propia boca sus historias.

Ellas incansables, insaciables, dinámicas, soñadoras, apasionadas, egoístas, profundamente generosas, vanidosas, humildes, luchadoras incansables del voto femenino, albsolutamente regionales, obligadamente internacionales. Eva y Antonieta, fundamentales. Brindo por ustedes señoras... heroínas que labraron con sus manos y esfuerzos un puñado de siglo XX, bienvenidas sean pues al siglo XXI! 

Lu*

 

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